Fushimi Inari: el santuario de las 10.000 puertas

Una imagen muy típica de Japón que seguro que habéis visto en más de una ocasión es el santuario de Fushimi Inari, con sus más de 10.000 torii (puertas) pintadas de color rojo.

Este santuario se encuentra en el sur de Kioto, en una zona llamada Inariyama, y está dedicado al dios Inari dedicado al arroz, la fertilidad, o los negocios prósperos, del cual ya hablamos en este post. Se comenzó a construir en el año 711, y durante el periodo Heian (794 – 1185) se convirtió en objeto del patrocinio imperial.

El motivo de por qué existen tantísimos torii es que los empresarios los realizan como ofrenda al dio Inari, esperando obtener a cambio buena suerte en sus negocios. Esta constumbre se inició en el período Edo, a principios delñ siglo XVII, y se ha mantenido hasta nuestros días. En cada torii aparecen escritos los nombres de las empresas que han financiado su fabricación e instalación. Las grandes puertas son donadas normalmente por empresas medianas-grandes, ya que su precio puede ser de cientos de miles de yenes, pero en el camino también existen zonas intermedias donde se pueden ver toriis de menor tamaño, donados por empresas pequeñas o autónomos.

El recorrido a través de las 10.000 puertas es de unos 4 km, pero es importante tener en cuenta que es subiendo la montaña, por lo que el tiempo total de subida y bajada suele ser de entre 3 y 4 horas. Es un recorrido un poco pesado, sobre todo en verano, por lo que para personas con baja forma física o con algún problema de salud no recomendamos realizarlo completo.

Para llegar hasta allí, la forma más fácil es con transporte público. Desde la estación de Kioto, cogiendo la línea JR Nara (incluida en el JR Pass) y bajando en la estación de Inari deja al inicio del recorrido.

El acceso a la zona de Fushimi Inari es completamente gratuito, por lo que sólo necesitarás dinero si quieres comprar algún recuerdo o algo de comida/bebida. En nuestro caso compramos de recuerdo un torii de tamaño pequeño que hemos utilizado para decorar la entrada de casa. El precio fue de aproximadamente 5.000 yenes, la vendedora se ofreció a escribir nuestros nombres en el mismo e incluso lo bendijo delante de nosotros en uno de los santuarios.

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